Las palabras son nuestro vehículo de contacto con la
realidad. Ellas nos brindan además la posibilidad de darle significado a toda
experiencia, desde lo más banal hasta lo más trascendente, las palabras nos
ayudan a dar un sentido a la vida.
Las palabras son puente para conocer y reconocer al otro,
descubrir sus matices, su humanidad; son también el vehículo para llegar hasta
nosotros mismos y son, paradójicamente, también una herramienta para tomar
distancia de los otros, alejarnos, desahogarnos.
Las personas que utilizan por sistema las palabras negativas
en su día a día suelen tener problemas para superarse en la vida y se
autoevalúan como menos felices. Estas palabras negativas no solamente funcionan
como obstáculos autolimitadores, sino a la vez llegan a nuestros interlocutores
(aunque sea de manera inconsciente) e influyen de manera negativa en sus
decisiones y su percepción hacia nosotros.
Fuente:
Rovira, A. (2010) Las palabras que curan.
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