martes, 28 de septiembre de 2010

DIAS DEL PATRIMONIO Y UN INCOMPLETO por Alejandro Michelena

DIAS DEL PATRIMONIO Y UN INCOMPLETO

HOMENAJE AL TEATRO URUGUAYO

Pasaron las jornadas patrimoniales que –como se promocionó a todos los
niveles- este año estarían centradas en el Teatro. Prometían ser, entonces,
un justo homenaje a ese sector de la cultura que ha sido entre nosotros
fundamental, constituyéndose promediado el siglo pasado en una seña de
identidad y en un elemento formativo como pocos.
Esto fue lo prometido. Pero tal vez por aquello que no basta con las buenas
intenciones, lo que se propuso fue poco, y en algunos casos pobre y de
mala calidad. Pero lo más anómalo estuvo, a mi criterio, en la injusticia
de un homenaje dedicado a un quehacer cultural colectivo como es el
teatro, concentrado sólo en un puñado limitado de figuras emblemáticas.
Más de un distraído podrá asombrarse ante lo que estamos afirmando,
por lo que corresponde explicarnos más. Está muy bien haber colocado
como figura central al autor de Barranca abajo, de cuya muerte se
cumple el Centenario en este 2010, pero, ¿por qué no recordar también
a algunos autores teatrales posteriores a Sánchez ya desaparecidos que
mucho aportaron al enriquecimiento y el brillo de nuestra escena? Esto
podría haberse implementado con la exhibición –en alguno de los tantos
espacios patrimoniales- de ediciones o libretos y hasta originales de obras
de Ernesto Herrera, José Pedro Bellán, Juan Carlos Patrón, Orlando
Aldama, Armengol Font, Denis Molina, Manuel Luz Alvarado, Alberto
Paredes, Yahro Sosa y Ricardo Prieto, para nombrar sólo a dramaturgos
destacados. Y hubiera sido más redonda esta muestra, complementándola
con fotografía y una noticia vinculadas a cada uno de ellos.
Como bien lo aseveró hace años el estudioso del teatro y también autor
Juan Carlos Legido, en su Historia del Teatro Uruguayo (Editorial Tauro,
1970): lo que permanece –en la por definición fugaz experiencia de las
tablas- es el texto. O sea que la dramaturgia da el tono y marca el perfil
de un proceso teatral. Si es así: mal podemos afirmar nuestra identidad en
este rubro artístico ignorando a los autores; o peor aún, centrando todas las
luces en uno y dejando al resto en la oscuridad (aunque el destacado sea el
mayor de todos).
En el mismo sentido, podría haberse dispuesto en uno de los tantos salones
disponibles otra exposición no menos necesaria: fotografías de escenas
claves y recordables de actrices y actores notables interpretando teatro
nacional. Y en otro espacio la imagen de las figuras mayores de nuestra
escena a través del tiempo.
Todo lo descrito podría haber sido pero no fue... Lo que se concretó resultó
limitado y hasta rutinario. Llama la atención que teniendo asesores de
la talla de Jorge Abbondanza, Roger Mirza y Jorge Pignataro –críticos
teatrales y estudiosos de prestigio- no se los haya consultado debidamente
para lograr un homenaje más completo, ecuánime y fecundo en torno al
Teatro Uruguayo.
Por cierto que la sola implementación de los Días del Patrimonio es valiosa
por sí, en lo que significa como acercamiento democrático a espacios e
instancias no habituales, en general vinculados a una concepción elitista
de la cultura. Y vale destacar que en esta oportunidad, y en cuanto al tema
central de la propuesta, hubo aportes creativos que no dejan de ser la
excepción a la regla, como por ejemplo el homenaje al autor teatral Jorge
Emilio Cardozo y a actrices y actores afrodescencientes, en el Mercado
Agrícola de Goes,
y la muestra sobre la notable labor en la crítica de
teatro de Carlos Martínez Moreno en el centro cultural de Malvín que
lleva su nombre. Pero no deja de ser una lástima la oportunidad perdida
de recuperar con la debida amplitud y matices la memoria cultural –tan
importante como la histórica- en lo que tiene que ver con la rica peripecia
de nuestro acontecer teatral.

Alejandro Michelena

No hay comentarios: